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Paperback Writer

Mi vida: ciudad

Tengo mucho sueño pero voy a hablaros un poco de mi ciudad. Aunque creo que hoy me gustaría mas hablar de lo cansado que me tienen los malditos examenes. Cuando uno se pega tres horas estudiando, sale de la biblioteca para estirar las piernas y la luz solar le da en la cara... Es... Es... Es horrible. En fin, no se que estoy diciendo, a vosotros que os importará si estoy cansado o no. Perdonadme, perdonadme, es por eso, porque estoy cansado. Debería intentar dormir, pero no lo conseguiré a menos que me despeje un poco la mente, así que... ¡Allá vamos! Me ceñiré al guión.

Mi ciudad. Bueno, una forma de decirlo. No soy un patriota. No creo en la patria. Tampoco soy un ciudadano del mundo. Tengo un hogar, y ese hogar esta en Pamplona, por el momento. Como digo, que no soy patriota, y si hay algo que haga que sienta apego por Pamplona, es casi exclusivamente la gente. No toda la gente que vive aquí, no, porque son muchas personas. Trescientas diecinueve mil doscientas ocho personas en el año dos mil siete. Y esa es mucha gente, no podría decir, me gusta la gente de Pamplona, porque es imposible conocer a trescientas diecinueve mil doscientas ocho personas. Esto es una especie de broma, pero no tiene gracia porque tengo sueño y no se lo que digo. Pero seguro que mas de uno sería capaz de acusar de demagogo a alguien que dijera algo así. Me gusta la gente de Pamplona. A veces odio la retórica por eso, porque te pones a hablar con alguien, a conversar con alguien. Eso, a veces uno se pone a conversar con alguien y esa persona solo está interesada en delatar una y otra vez los errores argumentativos de uno. Y cuando esto sucede, el problema suele ser muy simple. No se puede conversar. Acabas siendo acusado por usar modismos propios de la lengua, o de una jerga. Acusado por cada palabra, a veces incluso cortado en mitad de frase porque el interlocutor intuye que vas a incurrir en una falacia. Cada palabra observada al dedillo. Examinada. Vale, vale que cometa errores argumentativos, pero si estoy conversando es para hallar una verdad, hallar una opinión, un trocito de saber y no para tener razón. Mucha gente dialoga para tener razón y poder decir: ¡Já! ¡Yo tenía razón! ¡Yo tenía razón y tu no! Y así recibir toneladas de satisfacción. Toneladas y toneladas de inmunda satisfacción demagógica. ¡Eso si que es demagogia! ¡La filosofía no es retórica! La filosofía solo entiende de una cosa. De cultura, de conocimiento, de saber, de libertad. Y ese fin, ese único fin posible es la filosofía. Y todo lo demás no es filosofía, porque el resto sólo son medios. ¿La retórica es filosofía? ¿Cómo va a serlo? La retórica solo es una herramienta polivalente, no podría serlo jamás. Y en todo caso la filosofía puede y digo puede usar a la retórica, porque si la retórica me gustara estaría contenida exclusivamente en la filosofía y aún así no podríamos decir que toda retórica es filosofía, porque filosofía sería un termino de mas extenso significado que rétorica. La filosofía incluiría a muchísimos mas elementos que la rétorica. Y hoy en día, la ciencia de la conversación, es usada frecuentemente para algo que no tiene nada que ver con la filosofía y con la democracia tampoco. Creo. La cuestión es que por mucho que sepa dialogar una persona, eso no le da conocimiento y no lo convierte en filósofo.

Como no se lo que estoy diciendo me voy a dormir y mañana sigo escribiendo.

Hola de nuevo. Retomo esto donde lo dejé ayer. Releo las lineas de un poco mas arriba y me parecen las lineas de un niñato que no sabe de lo que está hablando. Tal vez lo sea, pero que le voy a hacer a parte de intentar mejorar. ¿Qué tal si dejo esto en plan experimental? Sí, creo que estará bien, es mi blog y hago lo que quiero. Al fin y al cabo, es lo que soy. Y lo que escribí ayer forma parte de como soy, así que haré un esfuerzo y lo dejaré para que otras personas lo lean, porque eso puede ayudarme a saber como soy.
Bueno, pues al fin dormí pero hoy sigo teniendo sueño. Dios santo, soy un quejica... ¡Estoy aquí para hablar de mi ciudad! Vale, ahora si que sí, me ceñiré al guión.

Mi ciudad. Pamplona. Segundo intento. Mi ciudad es muy bonita, hay muchas zonas verdes y poco tráfico. Bueno, mas bien diré que hay poco tráfico en relación con otras ciudades mas grandes, lo cual es normal porque aquí vive menos gente. Es difícil hablar de mi ciudad, porque nunca he vivido en otro sitio y no tengo puntos de apoyo para comparar. ¡Wow! ¿No es curioso como funciona nuestra mente? Cuando sabemos cosas, las usamos para desentrañar cosas nuevas. Usamos nuestro conocimiento para seguir adquiriendo mas conocimiento. Por ejemplo, a la hora de decidir si Pamplona es grande o no, uno debería apoyarse en el tamaño de otras ciudades. No, en el tamaño de todas las ciudades que conozca, como si fueran una lista ordenada según el tamaño. Y ahí, en esa lista, uno debería decidir que lugar le corresponde a Pamplona, y según ese puesto, decidir si Pamplona es una ciudad grande o pequeña. Y eso debe hacer tristemente relativos a muchos de nuestros juicios, porque los evaluamos en función de lo que tenemos, pero, ¿Quién asegura que lo que tenemos es suficiente para emitir un juicio? ¿Y las cosas son lo que son en si mismas o lo son en relación con las otras cosas? Pensemos. ¿Qué utilidad me da el saber que una ciudad es grande? No hay infinitas ciudades, y ciudad es un término que hemos inventado nosotros. Es un término humano, y por lo tanto útil. Si una ciudad pequeña fuera considerada grande porque estuviera así establecido trascendentalmente, ¿Qué utilidad tendría decirlo? ¿No sería mejor decir que es pequeña porque el resto de ciudades son mas grandes? Vale, punto aclarado. De momento. En este caso, emitir un juicio es parecido a hacer una comparación, pero esto es muy peligroso, porque si todas las personas fueran malas, la menos mala sería buena. ¿Lo sería en realidad? Yo puedo decir que no porque soy omnisciente a mi situación hipotética, pero si estuviera contenido en ella, y solo conociera a personas malas, es lo que diría. Es un poco tétrico. Vale, lo he vuelto a hacer, mejor me pongo a estudiar y lo dejo para luego. ¡Soy incapaz de centrarme!

Aquí que vuelvo y otra vez perdón por decir gilipolleces. Ocurre que cuando leo libros de pensadores o artículos de reporteros críticos pienso que yo puedo hacer lo mismo. Al fin y al cabo, yo también pienso cosas, así que me creo que puedo redactarlas y argumentarlas como si fuera pensador profesional. Ya, pero esa gente a la que leo tienen mucho cuidado de tenerlo todo bien mascadito antes de decirlo y en parte es normal porque todos me sacan la tira de años. Algunos incluso están ya muertos. Por no contar que me superan en experiencia.

En fin, mi ciudad, tercer intento y definitivo. Pamplona es un sitio cómodo. Es cómodo porque es pequeño y completo al mismo tiempo. Hay cines y colegios y hospitales. Cosas básicas para poder considerar que un sitio es una ciudad. Es cómodo porque si tienes coche solo encuentras pequeños atascos en las horas puntas. Y para mí que no tengo coche, es cómodo porque puedo ir a cualquier parte andando. Tal vez descontando La txantrea, que es un barrio que está en el quinto pino. Creo que puedo recorrer la ciudad de punta a punta en una hora. Tal vez una hora y pico, si me haceis salir de La txantrea. Y el ambiente de Pamplona es bastante hogareño. La proporción de gente conocida con respecto al total es bastante alta, así que si echas a andar, rara vez no te encontrarás con algún conocido que te pregunte que tal estás, y al que tengas que decir bien, o hasta los cojones, según tu afinidad con esa persona y tu estado de ánimo real. Esto hace que sea un sitio hogareño, pero a veces es molesto que te echen un silvido, porque hay gente que en lugar de saludarte te echa un silvido. A veces voy tan tranquilo por la acera y pum, silvidito. De esos con los dedos en la boca. ¿Te silvo yo a ti, majo? ¿No, verdad? Pues porque no le silvas a otro, a mi dime hola. Pero que le vas a hacer, no lo hacen con mala intención y si me molestan los sonidos muy agudos, es problema mío, así que a otra cosa. ¿Qué mas iba a decir? Estoy que no se donde estoy. Venía hacia casa hace unos minutos y he pasado por un sitio que olía muy mal. Una calleja trasera. He mirado a la acera y había trozos de mierda por todo. Bueno, en algunos sitios había trocitos de caca y en otros solo manchas marrones. Como si hubieran pintado los adoquines con un plastidecor de esos, de color marrón. Y claro, no olía bien precisamente. Pero este es un hecho aislado y que no es representativo de la ciudad. Siempre me pasa lo mismo cuando sufro de malestar físico. En este caso sueño y agotamiento, pero en el hospital también pasaba. Y cuando tengo mucho calor. El desecho biológico toma protagonismo en mi vida, y siento una especie de apatía hacia él. Como un, pues vale, es mierda, y qué. Sí, creo que es bastante raro.
Sigo. Pamplona, sí, Pamplona. El terrorismo y el nacionalismo vasco son cosas que están muy presentes por aquí. Y perdón si he dicho terrorismo y nacionalismo vasco así, a la vez. Son cosas que no tienen porque estar unidas. Y la mayoría de las veces no tienen nada que ver. La gente que no es de aquí piensa que no es así, pero reventaría si a mis conciudadanos (por estar mas cerca de mí) no les dejaran pensar como les de la gana. Tube una conversación muy interesante con mi amigo Palacín sobre el nacionalismo. Me dijo, es bueno que el nacionalismo defienda la cultura para que no se pierda. Y tenía toda la razón, esa es una cosa que me gusta mucho de esta rama política. Lo que me molesta, tal vez, es el prejuicio. El prejuicio que a veces va unido a este movimiento de que una tradición es mejor que otra y punto. Mejor dicho, el prejuicio de que para algunas personas sea mas importante su cultura que la del resto. Esto es un error. Y luego hay otro error que es el terrorismo. Los terroristas no siempre matan gente, a veces solo ponen bombas en coches vacios para acojonarnos un poco a todos. Como dijo mi profesor de historia del año pasado, nos ponen la pistola en la cabeza. Y de esto ya os podeis imaginar lo que opino. Para mi matar es cohartar la libertad. Y por eso el terrorismo me parece muy contradictorio. Pero es raro pensar que eso anda por aquí, por Pamplona. Es incómodo y extraño. Porque sí, ponen una bomba en la Universidad de Navarra y matan a un policía de tal sitio. Y yo pienso, ¿Cómo serán esas personas? ¿Conoceré yo a alguien así? Y no, que yo sepa, ningún conocido me cuadra con mi imagen de un asesino. Ninguno. Hay gente en Pamplona que no es totalmente consecuente con la democracia, porque no deján decir al resto lo que piensan. Y aquí si que hay muchos conocidos míos, y como no me gusta condenar a nadie, diré que en ocasiones yo también tomo esa actitud. Todos somos humanos, y en el fondo no es tan grave. Pero es algo benigno para el bienestar social. La gente tiene que poder decir lo que piensa, leñe. Es que me hace falta oirles, me hace falta. A mi y a todos nos hace falta. Y a veces con un simple insulto, un simple gesto, un simple facha cabrón, ya se está haciendo algo muy feo. Ya se está haciendo algo totalmente antidemocrático. Pero es curiosa la forma que tiene la gente de aquí de ser cerrada. No se suele hablar de política salvo con gente de confianza, tema tabú por antonomasia. Sin envargo, Pamplona es una ciudad donde se habla mucho, donde hay mucho arte, mucha música, mucho teátro, mucha literatura. Y gente sencillamente genial. ¿No es genial ver a gente joven queriendo defender y promover la cultura? Pues de esos hay unos cuantos. Respecto a esto último, aquí hay una cosa que me gusta muchísimo y se llama Alter Paradox. Alter Paradox es una asociación sin ánimo de lucro llena de gente que me alucina, gente que respeta su entorno con una actitud muy natural. Como si fuera lo mas normal del mundo. Respetan y cuidan todo su entorno. A toda la gente, a toda la historia del lugar, a toda la cultura. Tal como estoy hablando, parece que os estoy presentando una secta. ¡No, no, nada de eso! Ya hablaré de Alter Paradox otro día con mas profundidad, no es mas que una asociación de juegos. No juegos de azar. Juegos de rol, de mesa. Y un buen sitio para conversar sobre lo que sea. En serio, sobre lo que sea. Debe ser el sitio mas carente de prejuicios de toda la ciudad.

No se que me queda por decir sobre mi ciudad. Muchísimas cosas, supongo. Hay un casco antiguo precioso, bastante concurrido. Está caballo blanco, que es el sitio mas alto de la ciudad. Al igual que la catedral, claro. Está el Ezkaba, que es como el Tibidabo pamplonés. Un monte muy próximo a la ciudad, también llamado Sancristobal, por el nombre del fuerte que hay en su cima. Y está la ciudadela. El recinto amurallado transformado en parque. Es increible, es un sitio muy especial. Por dentro y por fuera tiene recobecos entre la muralla, donde a veces voy a leer. Yo no se muy bien si Pamplona es un lugar especial. A mi personalmente me encanta. Debo estar enamorado de esta ciudad.  En esta página, un andaluz amigo mío que lleva aquí dos años dice "Pamplona, aun siendo la cuidad en la que menos tiempo he vivido, si es la que mas me ha hecho recordar mi pasado y también la que me hace vivir el presente, sin duda es una cuidad mágica". Yo estoy con él, es un sitio mágico.

¡Conseguido! Acabé.

2 comentarios

Ender -

Si, es bastante duro xD

Garci -

Te juro que e intentado leerlo entero.Pero a la segunda vez que has desvariado me a sido imposible seguir tio.
Increible...Joooooder...