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Paperback Writer

Mi vida: cierre

Se terminó ’Mi vida’.

No se si me sigue apeteciendo esto de hablar de mi vida. Me siento empapuzado de mi mismo, como si se me hubiera cansado un hipotético cuello, de tanto tener la cabeza volcada hacia mi interior. Hoy os contaré que he recibido una mala noticia. No era una noticia sobre mi vida, era una noticia sobre la vida de alguien que no soy yo. Una noticia sobre alguien a quien me gustaría parecerme, aunque dudo que nunca llegue a conseguirlo. Tal vez sí lo haga minutos antes de morir, si para ese momento he tenido una vida plena y satisfactoria, habiendo leido ya mucho y habiendo pensado mucho, si para entonces he amado todo lo que un hombre pueda amar. Ojalá en ese momento, yo sea para la gente de mi alrededor, lo que esa persona es hoy para mí.  Lamento, queridos lectores, lamento no poder huir de ese ensimismamiento que siempre llega con la muerte. Ya sabeis, el quedarse mirando la ventana o el gotelé mientras corre el pensamiento como un fluido espeso y manso. Como un mar en calma.  Y hoy, tengo un monton de cosas que no se a quien le interesarán. Tengo la cabeza llena de... No sé, no sé que tengo en la cabeza. ¿A dónde irán todos esos pensamientos que nunca se plasman en la realidad y acaban olvidandose? ¿A dónde irá mi ensimismamiento? Esas cosas que no decimos en voz alta, ni escribimos en un papel, ni tecleamos en el ordenador. Tal vez exista un sitio para esos pensamientos, un bosque donde los árboles susurren "he olvidado la cartera en casa", "será idiota el tío ese", y también algún "te quiero" y algún "si supieras lo que siento por ti..." mucho mas poético.

Digo, que he recibido una mala noticia, y sin quererlo, me he hallado llorando. Sorprendido he estado por unas lágrimas auténticas, que ahora seguramente pierdan parte de su significado y de su importancia, al ser compartirdas con el mundo. Hay alguien a quien yo admiraba y ya no está. Yo lo conocía y él a mí no. Yo lo miraba cuando lo veía pasar por la calle, como un paparazzi indiscreto, como un fan adolescente. Y hoy tengo tantos pensamientos sin destino. Cosas que le diría, cosas que podría haberle dicho. Eh, tío, tengo un blog. Bueno, escribo sobre lo que me llama la atención, a veces esto, a veces lo otro. Y resulta que unos amigos me dijeron que debía hacerlo mas personal, y llevo unos día dedicándome a desarrollar un único tema, mi vida. Pero ya lo dejo, me he empachado. Ya no quiero hablar mas de mi mismo. Y se que el conocimiento sobre uno mismo es bueno, conócete a ti mismo, un proverbio salido de la mas pura sabiduría. Pero hoy, hoy, ni el "conócete a ti mismo" que tantas veces me ayuda, me resulta agradable. Hoy lo veo mandón, manipulador y feo. Hoy no quiero conocerme a mi mismo, hoy querría conocerte mas a tí. Si alguna vez entras en mi página, no creo que halles nada nuevo, porque me das cien vueltas.

Como estoy innovador, pondré por primera vez aquí unos versos que no he escrito yo. Antonio Machado, como no, ya me conoceis. Es un pequeño poema que no se si tiene algo que ver con el resto de la entrada. Es para que nos quedemos con buen sabor de boca.

Sabe esperar, aguarda que la marea fluya
-así en la costa un barco- sin que el partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la vistoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete.

Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera,
aguardar sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa.

 

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