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Los cinco euros del abuelo

Los cinco euros del abuelo

 

El sábado mi abuelo me dio cinco euros. Se acercó y me dijo: "¿No estabas ahorrando? Toma una ayudita, anda". Le di las gracias y me guardé los cinco euros en la cartera. Cuando lo hice, mi abuelo me miró y me dijo entre risas "No disimules, seguro que te los gastas este fin de semana". La verdad es que me encogí de hombros. Sí, era probable que los acabara gastando, al fin y al cabo, ya no estaba de exámenes. Me planteé, y solo me planteé, intentar conservar los cinco euros.
La tarde del sábado pasó bastante divertida, en parte gracias a que mi amigo Elías había vuelto de Salamanca para pasar el fin de semana en Pamplona. Y luego la noche, donde es muy fácil pasárselo bien aquí. Vi a mucha gente y hablé de muchas cosas, pero todo eso no viene al caso. Cuando acabó la noche eché un vistazo a la cartera, y allí estaban, los cinco euros del abuelo.

Al día siguiente me levanté tarde y creo que fue el primer descanso en condiciones desde el fin de exámenes. Satisfecho por no haber tenido ningún sueño preocupante ni nada por el estilo, me di una buena ducha y planeé una larga tarde de no hacer nada. Y así fue, hasta después de la cena. Mi hermana me llamó para comunicarme que iba hacia el Toki Leza, un bar de toda la vida, de la calle Calderería. En concreto, el Toki Leza es uno de mis bares preferidos, ya he hablado de él alguna otra vez. Casi toda la música que allí ponen se identifica con mis gustos, por no hablar de que el domingo por la noche hacen lo que se llama una open jam en acústico, y músicos cantautores suben a un pequeño escenario improvisado a cantar sus propias obras o alguna que otra conocida versión. Generalmente de Bob Dylan, o los Beatles, por poner algún ejemplo, pero también algún que otro clásico del blues. Siendo domingo y habiendo open jam, como he dicho, no pude decir que no y me encaminé hacia allí.

Debo decir que por el camino me encantó la imagen que toma la ciudad a esas horas. Bueno, los domingos a esas horas. Serían las once y media o así y no había absolutamente nadie por la calle. La verdad es que me parecieron preciosas las calles de Pamplona vacías. Ni siquiera pasaban coches. Me encantan las multitudes, las ciudades multitudinarias donde el gentío participa del encanto de la ciudad. Pero pocas veces uno tiene la ocasión de ver sitios que acostumbra a ver llenos, completamente vacíos. Y se percibe mejor cada detalle, la luz anaranjada de las farolas ofrece un resplandor hermoso en las paredes,  y el suelo brilla gracias a esta luz y al agua de la lluvia. Los propios pasos retumban en cada esquina con un pequeño eco, y uno tiene la sensación de estar caminando entre el escenario de un sueño, esta vez un sueño bonito, donde la ciudad es entera para uno mismo.

De este marco casi hipnótico llegué al bar. Cuando llegué, me ofrecí a pagar una ronda. Saqué la cartera del bolsillo interior de la chupa y la abrí. Allí estaban, los cinco euros del abuelo. Vaya, al final no durarían. Me encogí de hombros, una ocasión es una ocasión. Me acerqué a la barra y pedí. Dos cañas. Fui a pagar, eché la mano hacia el billete y al cogerlo, descubrí que no había un billete en mi cartera, sino dos. Así, no había logrado conservar cinco euros, sino diez, y no me había dado cuenta hasta ese momento, ya que ambos billetes estaban superpuestos uno con otro. Pagué.
De vuelta en casa, guardé los cinco euros restantes en la cajita de ahorros.

En la foto de arriba podéis ver parte del interior del Toki. Allí se conserva, tal como muestra la foto, un pozo antiguo. Esto, junto con los acabados en madera, la piedra y las pinturas, da al lugar un toque muy rústico y acogedor. De aconsejada visita.

 

3 comentarios

Elias -

buena entrada , molan las open jam del toki, oie ender pasame alguna poesia antes del martes que viene que me gustaria prepararmela. Besos

Ender -

Pues decidido, el domingo vamos tu y yo al open jam y nos echamos unas cañejas. Ya no vale echarse atrás xD

DanL -

¿Saves cómo es muy facil conservar 5€?
Diciendo: Hoy salimos que invita Dani xD.
Como te envidio, mientras tu ibas hacia ese maravilloso bar a pasártelo bien yo estaba en la biblioteca diciendo "que cojones son los dieléctricos" y tirándome de los pelos entre mis toneladas de apuntes xD. No tengo examen el lunes así que me apunto al jam de este domingo que nunca he tenido la oportunidad de ir.