Año nuevo
Hace dos días que llegó el nuevo año y todos lo recibimos con los brazos abiertos. Es bonito ver como la gente celebra la llegada del año siempre con optimismo y ganas. Y con celebración. El día treinta y uno me di cuenta de una cosa en la que nunca había caído. Bueno, seguramente una estupidez, pero a mi me pareció curiosa, y es que el día uno de Enero es fiesta, mientras que el día treinta y uno, no. ¿No tiene mas sentido que sea fiesta el último día del año y no el primero? Quiero decir, que primero se trabaja y luego se descansa. Como la semana y el domingo. Como el día y la noche. En fin, que uno puede tomarse la fiesta del uno de Enero como un descanso final y no inicial, pero supongo que no deja de tener cierto sentido que se haga así.
En noche vieja la gente de Pamplona se disfraza, como ya he comentado otros años. Yo me puse muy mono, vestido de cowboy. Iba con zapatos, vaqueros, un cinturón muy cantoso, una camisa de cuadros, un chaleco marrón, un pañuelo y un gorro. También lleve una pistolita de plástico en su correspondiente funda, aunque no iba disfrazado de pistolero. Quiero decir, que mi disfraz correspondía a un simple ganadero o campesino que vivió durante los años posteriores a la conquista del oeste americano, que se dedicaba a cuidar animales y llevaba una pistola por seguridad, porque las llanuras son peligrosas.
Fue una noche muy divertida y muy larga. Hice muchas cosas y aprendí mucho, que eso me gusta. Luego, en casa, caí derrotado por el cansancio sobre el colchón y dormí poco. Recuerdo que el día uno me levante con mucha energía y eso no era normal. En serio. Tenía mucha energía, energía física, que no sabía de donde había salido, porque no es habitual en mí. Bien porque gasto mucha energía, o porque algunas temporadas acostumbro a dormir poco y mal. Tuve la absurda fantasía de que esa energía me había sido otorgada para mejorar mi vida y la de los demás, para usarla con responsabilidad durante el nuevo año.
Y eso es todo, queridos amigos. Se acabó el año. Yo personalmente me quedo con mi estancia en el pueblo durante el mes de agosto, antes de ingresar en el hospital, sin duda los días mas felices del año. Que tranquilidad y que paz. Repetiré en 2010.
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mce79 -