Nostalgia
Mi madre me ha mandado recoger. En la encimera del cuarto había un montón de libros y cuadernos y papeles y carpetas apilados, producto de la mudanza veraniega -sí, todavía seguían ahí, soy muy vago para esas cosas-. Como la montaña empezaba a empinarse peligrosamente, he decidido que debía obedecer sumisamente y recoger. No me he esforzado mucho; esto por aquí, esto otro por allá... Y entonces he encontrado mi viejo cuaderno de redacciones del insti. Recalco lo de viejo, vease que es de cuando iba a primero de la ESO.
La primera redacción era una descripción personal. ¡Cometía menos faltas de ortografía que ahora! Tal vez sería porque la había repasado mil veces antes de entregarla. La cuestión es que en ella hablaba de mi mismo, un tema que siempre me ha resultado incomodo, por lo dificil que me resulta. Al principio daba un dato muy interesante, mi altura. Por aquel entonces medía 1,63. Hay que ver todo lo que he crecido en seis años, es impresionante.
También hablaba de mis gustos y aficiones. Por lo visto, el ajedrez y los videojuegos eran lo principal. Ambos temas me siguen entusiasmando, pero ya ni los consideraría como aficiones principales (bueno, tal vez los videojuegos sí). Algo de lo que ya no me acordaba es de que por lo visto me gustaba el fútbol. ¡El fútbol! Ahora soy incapaz de ver un partido seguido sin que me entre el sueño o me aburra de sobremanera. Y mis gustos musicales... Eran pesimos. Mago de Oz. Ahora ese grupo me parece pesado y ególatra. No me molesta escuchar alguna canción, pero cuando oigo el gritito ese de "¡Cabrones!" en la canción Fiesta Pagana, pienso, ¿De qué coño van estos imbéciles? Incluso me acuerdo de todos esos punks que gritan insultos en sus canciones con razones de peso, no para quedar en la honda.
Si tengo que hablar de la sensación general que me ha transmitido la redacción, diré que me he sentido muy bien. He podido comprovar todo lo que he mejorado en estos años. Si conociera al niño que fui en primero de ESO, creo que no me caería nada bien. La redacción estaba limpia, bien escrita, pero creo que se podía oler cierta presunción por parte del autor -vease yo-, como si supiera que aquello iba a tener un sobresaliente. Y luego me he puesto a pensar... ¿Me ocurrirá lo mismo cuando lea ésto, dentro de seis años? Al menos ahora soy consciente de todo lo que me queda por mejorar, lo cual, en vez de desanimarme, me alienta y mucho.
No quiero acabar la entrada sin mencionar a mi profe de lengua de esa época. Un hombre al que llegue a coger mucho cariño. Fue él, el primero que nos animó a guardar el cuadernillo para la posterioridad. Ojalá tuviera con él, la relación que tenía por aquel entonces.
9 comentarios
Ender -
Diana -
P.D.¿Por qué se les coge tanto cariño a los profesores de lengua? A mí me han enseñado todo lo que sé. Me leí la Regenta sólo porque mi profe me dijo que se apostaba algo a que no lo haría.
Ender -
Blanka -
Naele -
Yo también encuentro a veces cosas que escribí o dibujé hace tiempo, y lo que entonces me parecía que estaba genial ahora me da vergüenza mirarlo xD De hecho, cosas que escribí hace poco más de un año me resultan extrañas; es raro que en tan poco tiempo se pueda cambiar de actitud, o de maneras.
Aún así gusta encontrarse esas cosas, aunque solo sea para seirte un rato de ti mism@, sin que nadie más veas esas aberraciones xDD (sobre todo en cuanto al tema dibujístico xD)
Bye ^^
Ivor -
Daniel A. -
Muy buena entrada!!
Garci -
Muy buen articulo. En serio.
Íker -