Otra historia de autobús
Una joven pareja corría de la mano, sonreían felices, mirandose el uno al otro. Yo les observaba desde el autobus, sin poder evitar sonreir también. Unos treinta años, deduje. En realidad no es que me importaba, pero estaba aburrido, se podría decir que lo hice incoscientemente. El autobus estaba parado, en la parada y creo recordar que el conductor limpiaba sus gafas o ordenaba los cambios o algo asi. La pareja llegó hasta el autobus e hizo señas al conductor desde la puerta para que éste la abriera. Eran sudamericanos. Supongo que el conductor no se dio cuenta de que estaban ahi, o al menos eso quise creer. La mujer, tras unos segundos de gestos y señas con la mano, golpeo dos veces la puerta, como quien llama a una casa. "Toc, toc". Debo señalizar que lo hizo suavemente, esto lo recuerdo perfectamente, fueron dos golpecitos de nada, suaves y tenues. El conductor, al fin, abrió la puerta y frunciendo el ceño dijo con aire de sabiondo:
-Por favor, no vuelvan a golpear la puerta de ese modo, por un momento he pensado que se rompía el cristal.
El hombre miro a su chica confuso y la gente del autobus empezó a mirar la escena.
-Pero señor, si han sido dos golpecitos de nada, para que nos viera...
-Si vuelven a hacer algo parecido tendran que bajar del autobus.
El chico no dijo nada mas, saco su tarjeta y la paso dos veces por la maquina. Luego se giraron hacia mi, yo les miraba perplejo a ellos y al conductor. Nuestras miradas se cruzaron, la chica me miró, sorprendida por mi cara de extrañeza y mi atención y, yo no pude evitar bajar la mirada, triste y humillado.
-Por favor, no vuelvan a golpear la puerta de ese modo, por un momento he pensado que se rompía el cristal.
El hombre miro a su chica confuso y la gente del autobus empezó a mirar la escena.
-Pero señor, si han sido dos golpecitos de nada, para que nos viera...
-Si vuelven a hacer algo parecido tendran que bajar del autobus.
El chico no dijo nada mas, saco su tarjeta y la paso dos veces por la maquina. Luego se giraron hacia mi, yo les miraba perplejo a ellos y al conductor. Nuestras miradas se cruzaron, la chica me miró, sorprendida por mi cara de extrañeza y mi atención y, yo no pude evitar bajar la mirada, triste y humillado.
7 comentarios
elias -
bidé -
Ender -
Ana -
duendi_8a@hotmail.com
el pelo largo te queda bien :)
Saludos
Ender -
Garci -
Venga moze animo ^^
Gossio -
has hecho me hierva la sangre de rabia.