Remix
Son el centro de mi vida y de mi mente,
y es que al lado de tus ojos es patente,
que no soy yo ni el mayor de los despojos.
Dos los ojos, dos astillas en mi alma,
son tus ojos un veneno y lo respiro,
son tus ojos una prenda y la deshilo,
¡Oh, mi cielo, son mi caos y son mi calma!
Son tus ojos corazón de las proezas;
mil demonios por tus ojos mataría
y mil veces perdería la cabeza
Una vida mirándolos duraría,
y otra vida recordando su belleza,
dos las vidas de calvario y agonía.
Y yo te miraba, y tu estabas ausente, mirando un punto indefinido... Absorta en tus pensamientos, con aquel libro entre las manos. Hacía minutos que no lo mirabas, ya no estabas aquí... Pero... ¿En que pensabas? Recuerdo que estabas inmóvil, y tus ojos marrones permanecían abiertos, atentos, imperturbables...
Y yo estaba ahí, mirándote, absorto también, en tu cara inmóvil, en tus ojos, en tus labios... Oyendo el silbido del viento, sintiendo el frío en mi cara... Y arriba, allí estaban las estrellas; misteriosas como siempre, altas, infinitas, crueles... Como si no les importara, como si se mofaran de mi.
Pero a ti te daba igual, ya todo te daba igual... La noche ya había caído y nosotros seguíamos ahí, y yo te esperaba. Esperaba a que te movieras, a que hablaras y pudiera volver a oir tu celestial voz, pero era imposible. Tú ya no hablabas, ahora solo me atormentabas con ese largo silencio que nos envolvía. "¡Oh, Dios, por qué me has hecho esto!" clamaba yo una y otra vez. Ya no aguantaba más, y te gritaba... Pero tu no respondías, y seguías absorta, ensimismada, pensando...
Y de repente, ya no veía las estrellas, ya no oía el tintineante silbido del viento, ya no sentía el frío en mi cara, ya no era de noche... Y te veía junto a mi, sonriente, porque ya estábamos juntos. Y oía tu voz celestial de nuevo, y yo también sonreía.
-¿Has visto esa cosa? -dijo- ¿Qué crees que será?
-Hum... No lo se... Pero la bola esa esta chula, me recuerda a la de Universal Estudios...
-Sí, es verdad, estaría bien tener una como esa en la habitación... No se... ¿Cuánto crees que valdrá?
-Yo que se, ¿Preguntamos?
-¿A quién? -preguntó el mas alto, pero para entonces, el otro ya estaba caminando hacia el cúbiculo, del cual habían salido tres personas, dos hombres y una mujer. El chico se acerco a ellos y dijo:
-Perdonad... -pero los dos hombres no llegaron a oírle. Eso, o no le hicieron mucho caso, porque nada mas abrir la boca, entraron en el cubículo. Solo la mujer, que si que le había oído se giró.
-¿Si? -dijo sonriente.
Entonces llegó el otro chico, se plantó junto a su amigo y dijo:
-¿Cuánto vale la bola?
A la mujer, que era una chica joven, le costó unos segundos reaccionar. Agitó levemente la cabeza y miro fijamente al chico. Después, dijo:
-Esto... Lo siento, pero no esta en venta. Es para sensibilizar a la gente con el cambio climático
-Ya -dijo el más bajito- pero no va a estar ahí eternamente.
-Da igual -contestó la mujer- cuando deje de servir se reutilizará.
-Sí, pero todo tiene un precio... -habló esta vez el mas alto.
-No, somos una asociación sin ánimo de lucro, no queremos dinero.
-Está bien, nosotros podríamos repartir folletos por los portales a cambio de la bola.
La mujer estaba empezando a darse cuenta de que todo aquello era muy raro y no dejaba de mirar a los dos chicos confundida.
-Mirad -dijo muy seria- esta bola la hemos hecho nosotros. Esta hecha con cartón piedra, que es el material de las fallas de Valencia. Si queréis una igual, podéis encargarla allí y que os la traigan.
-¿Y los gastos de envió?
-No os costarán mucho, solo pesa 30 kilos...
-¿Treinta Kilos? Mira Ender, pesa como tú.
-Si, más o menos sí -dijo el más alto, esta vez aguantando la risa, aunque eso no se notó.
La mujer frunció el ceño y miro al chico alto fijamente, como si intentara intimidarle, este le miró también, sonriente y dijo:
-Bueno, a sido un placer, una pena que no esté en venta, vendremos mañana a ver vuestro puestecillo.
-Esto... Vale... Adiós... -y una vez dicho esto la mujer, los dos chicos asintieron, se dieron la vuelta y se fueron silbando el rift the "the trooper" de los Iron Maiden.
se forma al atardecer,
un velero esta amarrado,
mas quiere pasar por él.
Un caminito dorado,
se forma en el ancho mar,
un camino de oro blanco,
que hasta el infinito va.
Poco a poco, cae la noche
en el ancho litoral,
un velero que no duerme
y suspira con el mar.
Viento sopla allá en la noche,
viento de liberación,
tormenta que rompe yugos,
con espada latón.
Y a la mañana siguiente,
alguien no suspira mas,
pues se ha hundido entre las olas
del ancho y prohibido mar.
Mi velero ya es libre,
mi velero volará,
sangre corre por sus venas,
sangre del color del mar.
Y ahora que nadie ha podido,
su libertad limitar,
por el dorado camino,
se ve un velero volar.
Sangre corre por sus venas,
sangre del color del mar
sangre corre por sus venas,
sangre azul de libertad.
hoy la noche no descansa,
hoy estoy muerto por dentro,
mi alma es una matanza.
Hoy no miro hacia delante,
hoy ya no tiene sentido,
hoy me avergüenzo de mi cara
y mi corazón tiene frío.
Hoy la noche, es mas noche,
y lo oscuro me da miedo,
hoy las sombras me envuelven
y me asfixian con su velo.
Hoy me voy pues de este mundo,
queriéndote como siempre,
hoy viajo al cielo nocturno,
y se libera mi mente.
Habitaba un gato en los bajos de la torre, de pisos, donde vivo. Su vida transcurría entre las rosaledas de los jardines, los setos y los garajes; hacia donde accedía por los agujeros de ventilación.
Esta mañana al ir al trabajo me he encontrado con el Gato muerto; tendido, en medio de la rampa de bajada, del portal a la calle. La verdad es que ha sido esta la primera vez que he podido fijarme en el con detenimiento. En estos años lo habré visto cuatro o cinco veces, y muy de pasada; pues el, mientras vivió, fue de natural huidizo.
Tenía el pelaje muy negro y brillante; lo que le daba cierto toque esotérico. Me ha sorprendido verlo rellenito; no famélico, ni huesudo . Seguramente algún vecino, apiadado, le daba de comer.
Aparte de en la casa de este buen samaritano, y la mía propia; nadie mas echara en falta al Gato. Recordaremos de él, en el futuro, como algunos días, al volver a casa, nos pasaba por delante, huyendo de nosotros; a pesar de las llamadas cariñosas que le hacíamos para que se acercara.
Seguramente, habrá personas, en mi mismo edificio, que lo calificarían de tiñoso y parásito; siempre merodeando por los garajes y los contenedores de la basura; con ese pelaje y esos ojos tan inquietantes. Un bicho, en fin, poco amigable. Para mí, sin embargo, ahora me doy cuenta, se me hace un respetable príncipe, urbano, de la soledad y de la supervivencia.
A muerto el Gato y se que a mis dos hijos, cuando se lo diga, se entristecerán. Pero les quedara el consuelo de haber sido testigos de una vida carismática y libre. Hoy yacía tendido el Gato en paz; con esa dignidad y grandeza que, a veces, da la muerte a ciertos seres -cada vez más raros- que en medio de estas toneladas de hormigón y asfalto, han sabido vivir hasta el final en libertad.
4 comentarios
of Hita -
Laura -
Me encanta que versionen mis cosas,aunque no se si la niña de 5 años que llevo dentro diria lo mismo jijiji
(has visto no e puesto ninguna "k"!)
mce79 -
Y me he reido mucho con lo de la bola de cartón piedra!
Eres un artista, Ender.
Susi -
Bye!Te quiero!>_