Hola a todos, soy Mikel, un buen amigo de Andres. Como anunció hace unos días, y dada su reciente falta de ideas, escribo una entrada. No tenía ni idea de sobre que podía hablar así que Andres me propuso que describiera nuestra excursión del pasado fin de semana, concreta mente el domingo, a San Cristobal.Fue el sábado a la noche cuando decidimos subir, a la mañana siguiente, a San Cristobal. Habíamos pasado toda la tarde en mi casa tocando y viendo una peli así que estábamos algo hartos de estar en interiores, y nos dio por planear una pequeña excursión. Decidimos quedar a las 10:30 en la tramontana y desde allí o bien coger la 7 para que nos acercase o ir a pie. Finalmente nos decantamos por caminar. Ya en camino nos pusimos a comentar lo que llevábamos cada uno en la mochila:
Andres_Mientras buscaba las chiquilin he encontrado un par de latas de coca-cola y ademas llevo algo de chocolate y unos cereales.
Mikel_Yo de comer no llevo nada, solo tres coca-colas.
Andres_Deberíamos comprar algo salado, tanto dulce podría matarnos.
Después de comprar un par de bolsas de patatas cerca de la plaza del ayuntamiento, caminamos y caminamos y caminamos hasta llegar a Artica, el pueblo situado en la falda del monte. Allí paramos para recuperar el aliento y tomar nuestra primera coca-cola. Diez minutos después (aprox), comenzamos el ascenso. Para subir al monte por esa cara hay dos opciones: una, seguir la carretera, mas largo y tranquilo, y otra, ir avanzando entre la maleza de los caminos, entre tramo y tramo de carretera. Fue la segunda forma, algo mas divertida, la que elegimos por “consenso”.
Mas o menos a la mitad del trayecto nos venció la pendiente, que no era moco de pavo, y paramos para nuestra segunda coca-cola. Entonces sucedió lo siguiente:
Andres_Como me gusta esta mierda, que cojones harían para inventar esto.
Mikel_Yo prefiero tener la cosica de no saberlo.
Andres_¿Has visto eso?
Mikel_¿El que?
Andres_Algo ha pasado corriendo por allí, al lado de aquel árbol.
Mikel_La cafeína nunca te sentó bien.
Andres_Seguro que era una ardilla o algo así, acerquemos nos.
Mikel_Vamos pues.
Nos aproximamos cautelosa mente al árbol y giramos hacia la dirección que había tomado el animal, objeto, u lo que rayos fuese. Íbamos abriendo camino, se ve que no mucha gente había pasado por ahí, andamos durante cinco o seis minutos siguiendo la corazonada de Andres hasta llegar a un pequeño claro. Los dos empezamos a mirar alrededor buscando algo, no sabíamos el que. Hasta que me percate de algo, un montón de ramas lo cubrían, y había algunas hojas secas, pero se podía ver una escalera. Le comunique el hallazgo a Andres y nos dispusimos a abrirnos camino entre las ramas. Enseguida conseguimos destapar el agujero y pudimos ver que parecía llegar muy abajo, los dos nos miramos y pusimos cara de Harrison Ford, nos costo un instante decidirlo, sin hablar siquiera.Escaleras abajo se iba yendo la luz, echamos mano de la tecnología, un par de móviles, para tener algo de visibilidad. Como suponíamos las misteriosas escaleras terminaban en un oscuro y maloliente túnel. Empezamos a caminar lentamente y con cuidado, continuamente mirábamos el suelo, supongo que con tanta oscuridad temíamos que simplemente se acabase.Diez minutos después nos topamos con algo, de nuevo unas escaleras, pero esta vez nos subían. Como las otras, éstas estaban en un estado deplorable y era complicado no tropezarse con alguna raíz o un piedra caída, el caso es que al final se veía una pequeña luz, algo que necesitábamos, hacia rato que estábamos algo desesperados y pensando en dar la vuelta. 687,3 escaleras mas arriba nos encontramos con la salida del pasadizo, también la cubrían algunas ramas, hojas y todo eso. Apartamos la vejetacion y sacamos las cabezas como un par de topos, estábamos viendo el camino que rodea el fuerte. Era de esperar que el túnel acabase cerca o dentro del fuerte, fue una suerte que fuese la primera.Después de tan curioso trayecto nos dispusimos a tapar el hueco de nuevo e ir a almorzar, había pasado algo mas de media hora desde que entramos en el pasadizo y estábamos cansados y hambrientos.
El resto de la excursión transcurrió sin sobresaltos, hablábamos poco mientras bajábamos, estábamos aun muy sorprendidos, quizá hacía diez años que nadie recorría ese túnel, y puede ser que fuese hace mas tiempo, cuando aun había actividad en el fuerte.
Podéis creeros mi historia o creer que solo subimos al dichoso monte, de todas formas estaríais equivocados, ya que en realidad, al ver lo alto y lejos que estaba el monte nos fuimos a caballo blanco, a ponernos como cerdos de comer.