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Paperback Writer

El día en que confundí la leche con horchata

El día en que confundí la leche con horchata

Recuerdo que estaba en casa de mi abuela, tendría seis o siete años y tenía sed. Cuando era pequeño solía pasarme las mañanas viendo la tele, supongo que ese día debí haber estado haciéndolo. Así que fui a la cocina a por un vaso de leche. Abrí el frigorífico y saqué el bote de horchata. Lo ponía claramente; horchata. No era leche, pero yo no lo sabía. Tal vez un "esto no es leche, es horchata" me habría ayudado. Yo pensé que sería algún tipo de leche desnatada o algo así, asi que me llené un vaso. Me lo llevé a la boca con ilusión y con ganas de calmar mi sed. No, no era leche. Lo noté. Sabía algo raro, pero me gustó. Cuando hube acabado el primer vaso, noté que quería más. Así que me eché otro y otro. Allí empezó mi amor por este fantástico refresco. Me acabé la botella.
Mi abuela me pilló y desde entonces me compraba mucha horchata. Algún día tendré un campo de chufas y haré la mía propia.

5 comentarios

morgan -

Eh es buena idea! Me encanta la horchata y podrías hacer algún día casera e invitarme a beber un poco. eh? xD

DanL -

A mi me save a arroz xD

Laura -

Es por eso que simpre te compraba horchata!!Lo que se aprende!jajjaj

Íñigo -

Yo la he probado y tampoco me agradó especialmente... Sin embargo hay muchos como tú que la veneran y gustan de beberla; quizás deba darle otra oportunidad.

Izkue -

No me gusta. Tampoco me gusta la leche. Posiblemente los dos únicos líquidos bebibles que no me gustan que dentro de los que he probado.
De vez en cuando armo valor y vuelvo a intentar tomar un trago de leche o horchata, pero no, no me gusta.
Claro, la leche sola no me gusta, pero sí con cereales o lo que sea.