El día en que confundí la leche con horchata
Recuerdo que estaba en casa de mi abuela, tendría seis o siete años y tenía sed. Cuando era pequeño solía pasarme las mañanas viendo la tele, supongo que ese día debí haber estado haciéndolo. Así que fui a la cocina a por un vaso de leche. Abrí el frigorífico y saqué el bote de horchata. Lo ponía claramente; horchata. No era leche, pero yo no lo sabía. Tal vez un "esto no es leche, es horchata" me habría ayudado. Yo pensé que sería algún tipo de leche desnatada o algo así, asi que me llené un vaso. Me lo llevé a la boca con ilusión y con ganas de calmar mi sed. No, no era leche. Lo noté. Sabía algo raro, pero me gustó. Cuando hube acabado el primer vaso, noté que quería más. Así que me eché otro y otro. Allí empezó mi amor por este fantástico refresco. Me acabé la botella.
Mi abuela me pilló y desde entonces me compraba mucha horchata. Algún día tendré un campo de chufas y haré la mía propia.
5 comentarios
morgan -
DanL -
Laura -
Íñigo -
Izkue -
De vez en cuando armo valor y vuelvo a intentar tomar un trago de leche o horchata, pero no, no me gusta.
Claro, la leche sola no me gusta, pero sí con cereales o lo que sea.