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Paperback Writer

Época

Época

Pasamos por Conde Oliveto y la plaza Príncipe de Viana y alguien dice, aquí antes estaba la estación del Plazaola. La antigua estación de tren. El Plazaola unía San Sebastián con Pamplona. Creado inicialmente para el transporte de material, pero también llevó viajeros. Dejó de ser rentable, si es que alguna vez llegó a serlo. Y en 1953 unas riadas destrulleron gran parte de su estructura. Y adiós al Plazaola, ahora hay una pista para hacer senderismo. No se si todo lo que antes era la antigua vía ahora es una pista para caminar, o solo algunos tramos. Se que Irurtzun es un buen punto de partida, la pista pasa cerquísima y si echas a andar, aún verás algunos tramos de vías que se conservan. Piezas de museo.
Así que pasamos por Conde Oliveto y resulta que allí había una estación de tren. Quien lo diría. Pues me habría gustado verlo, con toda esa gente elegante cogiendo el tren. Señoras con vestidos, hombres con chistera y bastón. Todos muy correctos, saludándose formalmente. Y allí podría haber estado yo, mi yo de época. Llevaría un traje negro, con una de esas camisas de cuello alto alto estrujándome el cuello. Una corbata ancha y un bigote repeinado. Y un bastón con sable dentro.
Caminando caminando, llegamos hasta la exposición del recientemente reconstruido palacio del condestable para encontrar mas época. En el primero piso, fotografías de la postguerra, familias y demás. Y en el segundo, una exposición de las pertenencias de Pablo Sarasate. Impresionantes partituras llenas de semifusas, sus discos de vinilo, bastones, condecoraciones y postales que él mismo envió. También cuadros y fotografías. De recomendadísima visita.
Pablo Sarasate salía a su balcón del hotel La Perla una vez durante cada Sanfermín. Allí tocaba una pieza de violín ante las dos mil personas que se congregaban atentas en la plaza del castillo. Dicen que el silencio de la multitud era sepulcral y que el violín se oía desde el otro extremo de la plaza. Y cuando la pieza acababa, los vítores. El balcón está en el cuarto piso del hotel, está en la fachada que da a la plaza y es exactamente el balcón que queda en medio. De vuelta a casa me fijé en el balcón y sentí un escalofrío. Qué cercana está a veces la historia.
Y si os pasaís por el cementerio, vereis su mausoleo, enorme y ostentoso. ¿Quién querría estar enterrado en un sitio así?

La foto ha sido extraída de:

http://www.cfnavarra.es/centenarioSarasate/es/biografia/navarra_pamplona_sanfermin.asp

Donde encontraréis mas información sobre la relación del violinista con mi ciudad.

1 comentario

Patxi -

genial